Una interesante y bien realizada película. Utiliza un lenguaje cinematográfico muy fluido y ágil relacionando muy bien las distintas situaciones. Se trata de un road-movie, al estilo de tantos otros donde el final es un parque de atracciones.
En esta ocasión, los zombies se han apoderado de los Estados Unidos, sólo los que siguen las reglas para sobrevivir pueden hacerlo. Un joven decide ir desde su lugar de estudio al encuentro de su familia. Por el camino se encontrará con un irreverente personaje que está obsesionado con buscar pastelitos.
Juntos recorrerán parte del camino, hasta que se encuentran con dos hermanas, que les engañan apoderandose de su medio de transporte en varias ocasiones y dejandoles plantados.
Finalmente se ponen de acuerdo para llegar juntos hasta California, donde tras pasar un día en la mansión de Bill Murray se dirigen a un parque de atracciones que recuerdan de su próxima infancia. Las luces y la música actuará como una llamada para todos los zombies del lugar, que intentarán devorar a las jovenes chicas refugiadas en una de las atracciones. Sólo la valentia de sus dos compañeros podrá rescatarlas.
Interesante reflexión sobre un pais apocaliptico, donde seguir ciertas reglas siempre son una garantia de superviviencia.
La música también es muy interesante.
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