lunes, 23 de febrero de 2009

million dollar baby


Un auténtico peliculón. He tardo en verlo más de lo deseado, pero es que las críticas y comentarios que había oido no me concretaban nada. Los premios que consiguió, y la portada era la única publicidad que conocía. Pero después de un tiempo siempre encontraba otras para para ver.

Es un obra maestra, donde el director Clint Eastwood domina el ritmo de la película totalmente. Consigue llevarte por un viaje de emociones increible. Consigues empaparte del mundo del boxeo, de los gimnasios, de las familias desestructuradas, de los perdedores de la vida, de los génios escondidos, de la fé, de los chuponteros, de las desgracias, del ser humano, del éxito y de la vida.

La historía está narrada desde la voz en off que descubriremos se trata de un compañero, aparentemente inseparable amigo del protagonista y colega de gimnasio. Ambos han vivido historias juntos, y continuan como veterano preparador y director de ginmasio uno y como preparador y manager otro. 
El protagonista vive siempre muy cauteloso y precavido en el mundo del boxeo, sus pupilos tardan mucho a afrontar peleas importantes, así que suelen abandonarle para con otro mánager intentar aspirar a títulos, y lo consiguen, lo cual demuestra su preparación. 
En uno de esto vaivenes de la vida, aparece una chica, algo mayor para iniciarse en el boxeo, pero muy decidida y voluntariosa se entrega al entrenamiento y preparación. Procede de una familia desestructurada, y es la única oportunidad que tiene de hacer algo que le gusta. Tras la intercesión del encargado del gimnasió, Frank accede  a prepararla para conquistar un título.  Los inicios son lentos, pero la muchacha va demostrando su valía y sobretodo las ganas de progresar.

Conocedora de su limitación por la edad, esta debe conseguir ir lo más rápido posible si quiere optar a algún título. En sus combates es habitual que tras unos pocos segundos venza por K.O. así que no tiene más remedio que ir subiendo de categoría. 
El encargado del gimnasio va cogiendo confianza con la muchacha y le busca otro manager más decidido para que pueda avanzar más rápido, así mismo le cuenta su historia con Frank, como aquel le incitó a tirar la toalla en su último combate en el cual perdió el ojo y el combate por los puntos. Desde entonces están juntos. 
La muchacha opta por mantenerse fiel a Frank y continua con él según el ritmo que este le marca para los combates. 
Llega el día del combate por el título, la emoción aumenta, Frank le consigue un muy buen contrato al tiempo que conoce a su terrible familia. Cuando llega el momento de la pela el encargado del gimnasio decide no ir con ellos a Las Vegas como segundo asistente. 
El combate es contra una luchadora muy tranposa, que no duda en todo momento en realizar acciones ilegales de espaldas al arbitro. Cuando está apunto de caer derrotada, en un mal gesto golpea a su rival y esta cae contra el taburete que precipitadamente ya estaba sobre el ring, partiendose el cuello. 
Desde ese momento queda paralítica y Frank se convierte en su compañía constantemente, así mismo culpa al encargado del gimnasio, por todo lo que no lo había hecho, por todo lo que no ha hecho bien. 
En un momento clave la muchacha, totalmente paralizada pide ser desconectada del pulmón artificial. Entonces Frank, un ferviente católico, tiene que luchar contra sus convicciones, debatirse para saber que hacer.
El sacerdote le indica cual será su futuro si accede a realizar el acto de eutanansia. Nunca volverá a saber quién es se perderá para siempre. Llega a un extremo en el cual accede ante los deseos de la muchacha. 
Desde ese momento desaparece una ya nadie que lo conoció supo más de él. Su historia se vuelve a repetir, y abandona a todos.