Tal vez la más floja de las películas hasta ahora. Harry no pasa sólo la crisis de la adolescencia. Ahora ya más maduro tendrá que enfrentarse al mundo mágico real.
Acusado por el Ministerio de mentir sobre la llegada del que no se puede nombrar, sufrirá el acoso de las instituciones hasta la saciedad.
Tan sólo con la incorporación a la orden del fenix, una institución partidista contra el gobierno, permite refrenar el despliegue de difamación hacia Harry.
Sus amigos siguen a su lado, pero esta vez Sirius Black será el sacrificado por la causa, a la par que surgen 10 poderosos malvados escapados de Azkaban.
Los westly siguen prosperando, con su desenfadado uso de la mágia y su perspectiva más divertida.
Se incorpora una intersante nueva amiga; Luna, una extraña muchacha solitaria víctima de todo tipo de bromas, pero sin dejarse perturbar.
Tal vez lo más interesante es el beso con la compañera oriental. Sin embargo esta esperiencia tan deseada por el público y por la misma compañera, será poco duradera, y resulta muy significativo el gran número de planos donde la imagen de la oriental, queda superpuesto por la de la pelirroja hermana de Ron Westly. Todo un preambulo de las novedades amorosas para la próxima entrega.
La aparición de Dolores, no resulta efectiva aunque rompe la dinámica de la escuela.
Lo mejor es que ya está pasado el trago a la espera de la siguiente parte. Que pronto comentaremos y promete ser más interesante.
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