martes, 6 de abril de 2010

Harry Potter y el caliz de fuego

Se trata de la cuarta entrega de la serie. En esta ocasión hay un pequeño giro en la trama. Los alumnos han crecido y ya no están descubriendo el mundo a su alrededor, ahora deben incorporarse a él.
Tiene mayor protagonismo el quidistch, donde Harry se muestra como todo un experto. Pero en esta ocasión también hay que competir por ser el mejor mago internacional. Para ello se organiza una competición y convivencia de distintos grupos de todo el mundo. Los tres campeones de cada uno de ellos, junto con Harry Potter, compiten por conseguir el trofeo final, el cáliz de oro.
Todo transcurre que la aparente normalidad, tan sólo incentivado por las tensiones entre los ya adolescentes aprendices de mago. Deben elegir pareja para el baile, y no son capaces de defenderse por si solos.
La rivalidad infantil y las rabietas tendrán que dejar paso a la madurez comprensiva.
En la prueba final, Harry salva a su compañero, pero al tocar el cáliz, son trasladados a otra dimensión, una dimensión donde se encontrará con aquel al que no se debe nombrar. Allí tendrá que luchar, tras perder a su amigo y compañero. En el momento culminante aparecererán los espectros que el indican que debe regresar.
Consigue cambiar el interés de las primeras películas por conocer el mundo de fantasia y mágia, por el desenlace de los acontecimientos que rodean a Harry.

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