miércoles, 24 de marzo de 2010

Millenium 2: la chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina


Continuación de la afamada trilogía.

En esta ocasión es algo más floja, en cuanto a película, que la primera parte. El lenguaje cinematográfico nos traslada como simples espectadores a contemplar los vicios ajenos. Con un ritmo más ligero desde el principio, faltan elementos que den más intensidad a toda la trama de la historia.

Se fundamenta en elementos secundarios de la primera parte, y no logra imbuir al espectador en la importancia, de ahora, desvelarlos.
Pocos momentos intensos.

La revista Millenium sigue fiel a su filosofía, realizando artículos de investigación comprometedores. En esta ocasión una joven pareja investigan la mafia de prostitución de jovenes de Europa del este.
Pero tras finalizar su documentación, serán asesinados, implicando a Liss. El asesinato de su administrador y la conocida mala relación entre ambos la convertiran en la principal sospechosa, lo que la obliga a escapar continuamente al tiempo que buscará al verdadero asesino.
Paralelamente, pero con otros medios Maikel, intentará demostrar la inocencia de Liss, para ello utilizará como base el trabajo de investigación de los jóvenes reporteros asesinados.
El principal sospechoso es conocido bajo un apodo que a la postre resultará ser el padre de Liss. Al que ella intentó quemás tiempo atrás, y ahora quiere vengarse de ella. Al mismo tiempo se libra de los molestos periodistas investigadores de la mafia, y del administrador de Liss con el que había realizado cierta transacción comercial con el fin de librarle de la amenaza de la joven.

El ejecutor es un gigante rubio con una extraña enfermedad (lepra) que le hace insensible el cuerpo al dolor. A la postre resultará ser hermanastro de Liss, que en fallida venganza conseguirá reducir a su padre y hermano.

Menos erotismo, menos informática, más golpes---> peor película.

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