jueves, 16 de julio de 2009

Como locos a por el oro

Una película algo escasa de realismo. Nos situa en un escenario idílico, paradisiaco, las transparentes aguas del Caribe, ... pero los personajes son muy sintéticos, muy poco reales, incluso podríamos decir humanos.

Aunque trata de la búsqueda de un antiguo tesoro español, lo que en realidad buscan los protagonistas es el amor, en tres de sus formas; el amor conyugal representado por una pareja recien divorciada donde cada uno de ellos desea la reconciliación pero no se deciden a dar un paso adelante. El amor paternal y familiar entre la hija y su padre millonario que es visto como un banco más que como un verdadero padre, así mismo este ve a su hija como una frívola heredera, conseguirán demostrarse mutuamente el sentimiento que uno tiene por el otro. El amor de la amistad, los amigos tienen más valor que cualquier tesoro y no dudarán en ponerse a tu lado para ayudarte en lo que precises.

La historia arranca presentando a Fin como un buceador, entusiasmada con la búsqueda de tesoros, pero poco cuidadoso en sus acciones, metiendo fácilmente la pata en todos sus proyectos, de hecho hunde el barco base. Al tiempo debe dinero al ganster propietario de la isla donde se está realizando la búsqueda.
Con la ayuda del ricachón para el cual trabaja su ya exmujer, conseguirán la financiación para seguir con la búsqueda. Al tiempo que los ganster siguen sus pasos y aparecen en todo momento que consiguen un descubrimiento relevante.
Muchos chapuzones y escenas submarinas. Algunos fallos como el quedar encadenado en el fondo, o indicar izquierda y derecha en lugar de los términos náuticos babor, estribor (lo emplea con la menos conocedora como si esa fuera su forma de hablar, cuando en el resto de la película no la utiliza).
Nos muestra un mar, casi piscina, y un fondo iluminado.

Refrescante más que divertida, y previsible más que interesante.

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