lunes, 1 de junio de 2009

No me pidas que te bese porque te besaré

Una película menos de lo que promete, aunque no promete mucho. La historia se basa en la relación de un chico que va a casarse con una novia con la cual no se sincerado, con un grupo de retrasados que también quieren aprender a tocar la guitarra.

Para ello, desde el primer momento vemos como el protagonista "Albert", no es una persona normal. Nos cuenta sus fobias y aventuras de niñez que más le han marcado; son rarísimas, sin ningún sentido. Así mismo también conocemos a su amigo del alma, un amigo al que nunca ha abandonado porque en realidad es el amigo quien abandona, Albert simplemente sigue ahí.
A pocos días de celebrar la boda, le surgen una duda que se apodera de él: "no quiere casarse con su novia". Para ello piensa que lo mejor es hablar con su prometida en una cena íntima, la cual comienza con mal pie y no consigue resolver la situación. Lo único que le exime de los preparativos de la boda es la promesa de aprender a tocar la guitarra antes de casarse. Así que decide apuntarse al curso, aunque tendrá que compartir el espacio con un grupo de retrasados.
Cada uno de estos retrasados tiene una cualidad que le hace especial por encima de sus defectos. De esta manera y tras unas buenas risas, Albert comprobará que el también tiene partes especiales, que le hacen ser diferente.
Como es previsible la situación se irá arreglando con la intermediación del grupo de retrasados que no tiene miramientos en decir las cosas. De esta manera Albert, un poco contagiado con la actitud de sus compañeros de clase de guitarra, se lanzará a expresar sus verdaderos sentimientos a su novia.

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