sábado, 21 de marzo de 2009

Fuera de carta


Una producción que nos recuerda que desde hace ya algunos años no existe el cine español, sólo la dramatización filmada. Mucha teatralidad, mucho gag e interpretación, pero poco talento cineasta. 
Se aproxima más a un episodio de serie televisiva que a una producción cinematográfica, y fue en su momento de las más apoyadas, aunque premios pocos, no se escucho ni en los Goya ni en nada más anónimo.

Toca el tema de actualidad de los chef de cocina y el arquetipo de este nuestro siglo sobre los gays, que son de lo más correcto y ejemplar, políticamente correcto son los buenos, y razonables frente a los irracionales e insensibles retrasados heterosexuales.
El chef gay de un restaurante sueña con conseguir una estrella Michelin, pero tendrá que enfrentarse a su propia realidad, valorando la familia, su pareja y su profesión. 
Hasta entonces siempre había tenido por delante a su profesión, pero cuando conoce accidentalmente a Horacio su vida cambia y lo antepone a su trabajo. Perseguido por la incomprensión de su hijo mayor que genera fobia por los homosexuales, tendrá que ganarse su confianza y cariño como padre. 
Finalmente todo se soluciona menos lo de la estrella Michelín, pero Maxi, el protagonista, consigue ser feliz al valorar correctamente los compromisos que tiene con la vida. 

La película es muy floja, sólo se salva por algunos momentos de comedia que logran buenas risas, pero se hace muy dura y pesada el seguir continuamente guiones televisivos una y otra vez, sobre personajes finalmente innecesarios o sobrecargados.

Prescindible totalmente, y fatídica para el cine español. 

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