martes, 11 de mayo de 2010

Desde que amanece apetece

Una comedia española, para la gloria de Arturo Fernández. Gabino Diego, hace un buen papel, pero el guión y la trama resulta demasiado escaso y reiterativo con otros títulos ya conocidos.
Comedia de enredo con tintes eróticos, donde un joven apocado de pueblo y de cortas miras, es arrojado a la gran urbe de Madrid, a aprender de su tio Luis que es un caradura.
Nadas más llegar comprobará que las cosas no son tan fáciles como parece y que su tio cambia de idea rápidamente según sean sus intereses.
Apunto de casarse con la propietaria de un club de estriptease, tirará todo por la borda al ser sorprendido en uno de sus habituales escarceos. La pérdida del negocio y el pago de un Ferrari a un matón, le empujarán a iniciar una nueva actividad de prostitución masculina. El sobrino, será pieza clave para los casos más difíciles consiguiendo resultados dispares en sus inicios.
El pequeño está enamorado de una prostituta venezolana, y todas las noches va a gastarse el dinero con ella, hasta que un día es rechazado por esta, harta de su ingenuidad y dolida por el daño que le está causando.
Sin embargo, tras el revés amoroso, se decidirá a lanzarse en serio en su carrera como prostituto, y aunque los logros sean menores comenzará a recoger cierta fama.
Finalmente todo quedará liado y perdido al resultar el negocio una ruina, y Luis perder el coche a cambio de su vida. Un encuentro con una de sus primeras clientas, una anciana cercana a la muerte que no había conocido santo varón, le hará beneficiario de la mitad de la herencia.
Con el dinero recuperará el coche y el resto se lo dará a la joven prostituta para que vuelva a su pais. Al mismo tiempo recuperará a su tio para llevarlo de vuelta al pueblo.

Tiene chistes graciosos, y momentos divertidos, pero no dejan de ser los mismo de siempre que suele contar Arturo Fernández, que por otra parte está encasilladisimo en ese papel, del cual ya no puede salir (y él no quiere).

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