Una película que tiene un aliciente indudable. Vuelve a reunir a los protagonistas de "Titanic", esa pareja que con tanto feeling resolvió la cinta de Cameron, ahora se vuelve a encontrar en una nueva producción.
Sin embargo tras su visualización casi detallada, volvermos a lo de tantas otras veces; la decepción.
Mucho antes de terminar, un pensamiento cruza mi mente; "porqué los han resucitado después de Titanic".
La película tiene cierto interés temático pero lucen poco los protagonistas. La tortuosa relación bicéfala de un matrimonio, postindustrial que se intenta fundamentar en los tres pilares del modelo occidental: el sexo dentro del matrimonio, el amor que se profesan los conyugues y la autonomía e individualidad respetuosa entre ellos.
La cinta incide sobre estos temas, presentando una antítesis de la situación ideal, orientando al espectador hacia una perspectiva totalmente inaceptable, que su propio subconsciente deberá ir resolviendo conforme a las pautas morales y sobre todo éticas de la sociedad en la que se siente enclavado.
El abuso de escenas de sufrimiento interior anulan el ritmo de la película y dan una apatía general al resultado final.
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