viernes, 21 de mayo de 2010

El angel exterminador


Una película de Buñuel, díficil de calificar.

Comienza con el pórtico de una iglesia. Para inmediatamente desplazarnos a la noche, en la calle de la Providencia. Los criados parecen querer escapar, antes de que la cena de comienzo.
El mayordomo es el único que permanece, ante la desbandada de todos. Parecen intuir que algo va a ocurrir.
Llega un grupo de burgueses, de ver la ópera. Vienen para comer invitados por los señores de la casa. Tras servir los primeros planos los últimos camareros abandonan la casa. La cena continua y concluye con una tertulia ente los infitados.
Cuando llega el momento de partir cada uno para su casa, no les resulta posible. Y en lugar de eso se acomodan en el sofá. Pasan al noche, y al día siguiente vuelve a suceder lo mismo, pese a los intentos de abandonar la casa resulta imposible, sin ser posible apreciar ninguna causa avidente.
Finalmente reconstruyendo la situación justo anterior a que la primera persona decidiera marcharse, lograrán salir.

Resulta enigmático el principio de la película, porque aunque vemos los personajes y sus acciones la idea que captamos en ellos es muy básica y poco definida.
A las pocas escenas ya están todos los comensales. En la mesa, ya comienzan las conversaciones raras, una de las invitadas saca unas patas de gallo del bolos. Otras no se resisten ante los hombres de la fiesta.
Durante el encierro, tampoco es posible la entrada desde el exterior. Sin alimentos ni agua, comenzarán a padecer penalidades. Beberán del florero, ante la escasez. Finalmente, lograrán salir al reconsturir la situación poco antes de querer abandonar la clase.

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