viernes, 5 de febrero de 2010

Si la cosa funciona


Una película interesante, donde lo importante no es lo que vemos que ocurre si no lo que nos cuentan que sucede. A través de las declaraciones de cada personaje conocemos su perfil, nos creemos que cada uno ocupa un rol según él mismo nos cuenta.

Realiza una crítica al particularismo cultural, y al estructural-funcionalismo, ambos ahistóricos y antievolutivos. En esa estaticidad inicia la película el protagonista. Un jubilado sin sobresaltos que no puede más que contar lo que su vida fue a otro grupo que como él también viven de manera estática.
Sin embargo, con poco que avanza la película, observamos como su rutina diaria está llena de sobresaltos inexperados, de acciones no programadas que afectan a su particular vida en mayor o menor medida: un enfrentamiento con la madre de un alumno de ajedrez, una chica joven que aparece en su puerta,... son elementos que indican la variabilidad.
Todo se acelera para transformar el cuadro inicial en una película donde suceden, suceden muchos cambios en poco tiempo. El protagonista se casa con una joven atractiva, la madre de esta cambia sus ideas ultraconservadoras por la más radical liberalidad, el padre abandona la religión para abrazar el mundo gay, los amigos del protagonista viven en un menage a troie.
Insiste en la oportunidad de cambio, en los pequeños matices que generan grandes transformaciones y en la validez de cualquier pensamiento. Durante la película se hacen varias críticas: a la educación de los niños, al sistema educativo por méritos, al acceso universal a la educación...

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